Honro mis raíces, las
decisiones de las mujeres de mi familia y todo aquello que las impulsó a
vivir, a llorar, a amar y a sonreír.
Agradezco la sangre que corre por mis venas y con ella todas las memorias que se tejen en mi ser.
Amo ser mujer y tener en mi vientre - como dice Gioconda Belli- una fábrica de humanos, una fábrica de sueños.
En mi sagrado cuerpo, mi
sagrado templo, no solo habito yo, siento guerreras, diosas,
hechiceras, madres, devotas, histéricas, hacedoras,cocineras y miles mas
que han pasado por mi linaje ancestral y que dejan huella en mi camino.
Benditas sean las
historias que ni siquiera sé, pero que marcaron en algún punto del reloj
cronológico el momento crucial para hacer posible este aquí y este
ahora.
Bienaventurada yo de entretejer mi vientre con tu vientre y con el de la madre universal.
Bienaventuradas todas
por tener esta sagrada oportunidad de sanarnos juntas y de despertar el
poder de la sacerdotiza que nos habita.
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